Para la mayoría de las personas, el comprar un diamante es una experiencia nueva, pero esto no significa que tenga que ser abrumadora. Comprender las principales características que la dan valor debe ser algo sencillo y simple.
Hay dos verdades absolutas que el comprador de diamantes está obligado a saber, aunque no todos los vendedores las reconoscan:
1. No existen dos diamantes exactamente iguales; cada diamante es una pieza única a irrepetible.
2. No existe tal cosa como el “diamante perfecto”; puede ser casi perfecto, en cuanto al corte o por las pocas inclusiones que tenga, pero todos poseen ciertos defectos naturales. La perfección de un diamante radica en sus imperfecciones.
Por convención internacional, el Instituto de Gemología de América (GIA, por sus siglas en ingles), implementó a principios de 1900’s una guía práctica para clasificar diamantes, de manera que se pudieran comercializar en todo el mundo siguiendo los mismos estándares.
Corte
Color
Claridad
Carat Weight (Peso en Kilates)
El corte del diamante determina directamente su brillo; entre mejor sea cortado mayor fulgor tendrá.
El corte es la única de las 4 C’s en el que el factor humano interviene en su valor. Las otras 3 se dan de manera natural.
Aún cuando un diamante tenga una claridad y color excepcional, si esta mal cortado se verá entonces sin brillo u opaco.
El grado de color de un diamante se refiere en realidad al nivel de ausencia de color.
Dicho de otra manera, los diamantes blancos, que tienen poco o nada de color, tienen una clasificación de más alto nivel que aquellos que poseen algo de color, un tanto amarillentos.
El grado de color más alto es D (sin color), mientras que Z es el grado más bajo (con color).
Todos los diamantes poseen ciertas imperfecciones, aunque sean microscópicas.
Estas imperfecciones son burbujas o manchas de carbon que se forman de manera natural.
Los diamantes que práctimente no tienen imperfecciones son muy caros y escazos.
Se recomienda comprar diamantes que a simple vista no se le vean estos defectos, ya que de las 4 C’s la claridad es la que menos afecta en la belleza de la piedra de manera discernible.
El quilataje (carat en inglés) de un diamante se refiere específicamente al peso de una piedra y no necesariamente a su tamaño.
Un diamante de un quilate pesa específicamente 200 miligramos, y éste se divide en puntos, tal y como los centavos de un dólar.
1.00 Ct. = 100 puntos
0.75 Ct. = 75 puntos
0.50 Ct. = 50 puntos
0.25 Ct. = 25 puntos, etc.